
La economía ha empezado a recuperarse y lo estamos notando de una forma extraña: nos llegan clientes que quieren reabrir su antiguo negocio. Sí, a nosotros también nos sorprende. Tenían un negocio o una empresa, que tuvieron que cerrar allá por 2008 o 2009, y quieren volver a lanzarse a la aventura haciendo lo mismo. ¡Están locos estos galos! La única explicación es que eran felices dirigiendo su propia vida así es que, ¿por qué no?
El problema con el que se encuentran estos negocios o, mejor dicho, estos empresarios es que se encuentran que el servicio que ofrecen no ha cambiado, sigue siendo exactamente el mismo, el cliente sigue siendo la misma persona al cual incluso conocen por su nombre de pila, pero el negocio ha cambiado drásticamente. Desde 2008-2009 hasta ahora las cosas han cambiado mucho. La comunicación ha cambiado, en forma y fondo, el lenguaje ha cambiado, los tiempos se han reducido, el alcance se ha multiplicado por diez y la competencia está a un clic de distancia. En aquellos años el porcentaje de la economía que era digital era residual, hoy en día o eres digital o los clientes no se fían de ti. Nos ha pasado. Clientes que vienen pidiendo una web porque sus clientes les dicen que no se fían si una empresa no tiene una web o no está en redes sociales. “Si una empresa no es capaz de invertir en dar una buena imagen digital, ¿cómo va a ofrecerme un buen servicio?”.
A nosotros nos parece un razonamiento lógico. ¿Y a ti? Toca actualizarse.